viernes, 11 de mayo de 2018

La información farmacéutica es sensiblemente diferente a la real. Los medicamentos tienen una fecha de caducidad más prolongada a la indicada.


La información farmacéutica es sensiblemente diferente a la real. Los medicamentos tienen una fecha de caducidad más prolongada a la indicada.
Belz Sociedad 31
De la caducidad real de los medicamentos a los indicados por las farmacéuticas.

Un médico y profesor estadounidense : Richard Altschuler y su teoría recién comprobada sobre la caducidad de los medicamentos, pone de manifiesto lo irreversible de la prescripción ligada a la expiración de sus efectos.

La pregunta es concreta ¿Tiene alguna validez la fecha de vencimiento que figura en los medicamentos?

Si por ejemplo en un frasco de Tylenol dice “No ingerir después de 2016 y estamos en Julio de 2017.
¿Se podría tomar el medicamento? ¿O lo deberíamos eliminar? ¿Nos va a causar daño si lo tomamos? ¿O simplemente ya perdió su efecto y no va servir de nada?

En pocas palabras, ¿son los laboratorios farmacéuticos lo suficientemente prudentes y honestos con los ciudadanos enfermos o aquejados de dolencias puntuales, incluyendo una fecha inexacta de vencimiento del producto, o es simplemente una estrategia comercial para eliminar obligatoriamente el medicamento “caducado”, que aún podría cumplir su función, y así inducir al consumidor a comprar uno nuevo que lo sustituya ?

Richard Altschuler afirma que hay serias dudas al respecto de las preguntas formuladas anteriormente, después que su suegra le dijera “no significa nada la fecha de vencimiento” al observar que ella estaba tomando Tylenol procedente de una partida enfrascada de hacía más de cuatro años.

Nuestro doctor le ofreció un vaso de agua a su suegra para tomarse dos cápsulas del supuesto “veneno” para el dolor de espalda, con las consiguientes reticencias éticas, pero sin poder disuadir a la señora de ingerirlas. Media hora después el dolor había desaparecido, lo que produjo la ajena sensación de que una vez más se había manifestado en la paciente un efecto placebo.

De regreso a Nueva York el Doctor Altschuler se inició en una investigación de la literatura médica y base de datos en un copiosos vademécum, para encontrar la respuesta sobre la utilidad real en la fecha de vencimiento de los medicamentos, logrando discernir una respuesta concluyente, amén de sospechar que los laboratorios infringen con sus advertencias una ley inadmisible en el mercado, es decir, engañar o no decir toda la verdad sobre los productos que lanza y posiciona en un mercado muy susceptible con la salud y sus consecuencias.

Uno: la fecha de vencimiento requerida por ley en USA comenzó en 1979, especificando solo la fecha de manufactura, garantizando la seguridad del efecto del medicamento, sin que significara por cuánto tiempo el medicamento era “bueno y provechoso” para su uso.

Dos: las autoridades médicas dijeron que era seguro usar los medicamentos después de su fecha de vencimiento, inhibiéndose de advertir que pudieran hacer daño o por último producir la muerte, dado que no es necesario establecer una alarma innecesaria y presuntamente no respaldada por las autoridades sanitarias que los recetan.

Estudios, aparentemente contundentes, muestran que los medicamentos pueden perder su potencia curativa con el tiempo, entre el 5% o menos como mínimo, hasta el 50% aproximadamente cuando más lejano se halle de haberlo producido, sin especificar claramente que son muchos los análisis que han corroborado que después de 15 años, después de la fecha indicada a su falta de efectividad reseñada en el frasco o cápsula de su contenedor plástico, la mayoría de los envasados conservan intacta su potencia original.


Por lo expresado anteriormente, sería aconsejable pensar que si la vida depende de la potencia 100% del fármaco y ha expirado, será mejor conseguir una nueva dosis actualizada y reciente para evitar dudas y que el cerebro trabaje en contra, pero si lo que se padece es un dolor de cabeza, un resfriado o un cólico menstrual, podría decirse e interpretarse que tomar un medicamento expirado no va a perjudicar la decisión de hacerlo, comprobando así que es lo que ocurre en su organismo.

Y a las pruebas habrá de remitirse cuando hace 15 años se realizó un estudio por parte del ejército de EEUU, reuniendo medicamentos caducados por un valor cercano a los mil millones de dólares, que fueron recetados y consumidos por los contingentes de personal enfermados en algun momento, no mostrándose rechazo y si la naturaleza benigna para los que fueron concebidos. Posteriormente la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA) condujo el estudio de más de 9.000.000 de medicamentos diferentes con receta o sin ella, mostrando resultados que evidenciaban que más del 90% del extenso catálogo farmacéutico son seguros más allá de su fecha de caducidad y como mínimo hasta los 15 años posteriores de haberlos envasado.

Comprobados los indiscutibles resultados, el responsable del programa, Francis Flaherty de la FDA, concluyó que la fecha indicada por la industria farmacéutica no tiene sustento alguno para remarcar si el medicamento no puede ser usado después de la fecha de vencimiento, aconsejando a dichos laboratorios que no tergiversen la información de utilidad.

La fecha de vencimiento no significa y ni siquiera sugiere que el medicamento dejará de ser efectivo después de ésta, ni tampoco que será nocivo. También afirman los especialistas de estas investigaciones que los fabricantes citan la fecha de vencimiento o caducidad por razones meramente comerciales, y no por razones científicas, lo que tampoco excluye para añadir que no es rentable tener en las repisas de las farmacias con productos etiquetados hace 15 años.

La FDA advierte claramente que no hay evidencias suficientes del estudio, que medicamentos evaluados en combate, para concluir que las mayorías de los medicamentos conservan su potencia beneficiosa hasta 10 años después de la fecha de vencimiento, sin producirse alteraciones en sus composiciones y mezclas.

No obstante a lo leído hasta el presente, Joel Davis (ex jefe de la sección de caducidades de medicamentos de la FDA) dice que existen algunas excepciones que deben alertarse previsiblemente y ser testadas por indicaciones de los especialistas cuando se trate de nitroglicerina, insulina y algunos antibióticos en forma líquida.

“La mayoría de medicamentos se degradan muy… muy despacio”, coinciden los investigadores, por lo que es posible tomar un medicamento que está guardado en casa, por años… muchos años más de las alertas impresas en los envases.

En el caso de la Aspirina, BAYER AG indica de 2 a 3 años como fecha de vencimiento, para su consumo, sin embargo Chris Allen, vicepresidente de la unidad de Aspirina de BAYER, aclara profesionalmente que la fecha de vencimiento es un “poco conservadora”, admitiendo que la acción de la aspirina tras 10 años de su “empaquetado” no pierde un ápice de su efectividad, mostrándose un interés por parte del laboratorio en seguir mejorando los envoltorios que contienen un producto realmente beneficioso en muchos rangos de la salud.

El doctor Jean Carstensen, profesor emérito de la Escuela de Farmacia de la Universidad de Wisconsin ha estudiado la Aspirina después de 15 años, afirma expeditivamente que si la Aspirina está producida mediante un control estricto en sus procesos, es muy estable y no pierde propiedad alguna, al igual que sucede con Alka Seltzer y muchos de esos millones de dólares que ante la duda se echan a la basura todos los años.

Conclusión definitiva: Los medicamentos caducados, salvo los observados en esta literatura, NO SON VENENO, siguen y pueden ser usados después de la fecha que alarmantemente consta en una etiqueta con un código de barras del proveedor al que puede hacerse un seguimiento después de muchos años, más de 15 ejercicios anuales para ser prudentes, dentro de una exactitud que pudiera muy bien ser prolongados si somos capaces de asimilar las propiedades químicas que impiden su disolución.

AVISO MUY IMPORTANTE
Emitido por Ana Judith Pérez, Directora de Proyectos de INDUSTRIAS QUIMICO FARMACEUTICAS AMERICANAS, en el que se desprende como riesgo de muerte todo producto con contenido FENILPROPALAMINA, de los que se han detectado 28 medicamentos, especialmente los antigripales.
El Ministerio de Salud a través de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, suspendió la manipulación y comercialización del “Fenilpropalamina”. Una medida de urgente relevancia ya que se ha constatado que la sustancia provoca efectos adversos y letales, con posible hemorragia cerebral.
LOS MEDICAMENTOS SUSPENDIDOS SON LOS SIGUIENTES:
1) Benadryl día y noche. 2) Acf 4 3) Naldecón Bristol 4) Acolde
5) Rinarín Expectorante 6) Deltap 7) Desfenil 8) HCl de fenilpropalamina
9) Naldex 10) Nasaliv 11) Decongel Plus 12) Sanagrip 13) Descon 14) Descon AP
15) Descon Expectorante 16) Dimetapp 17) Dimetapp Expectorante
18) Cepacol Plus 19) Ornatrol 20) Rhinex AP 21) Contilén 22) Decidex
23) Contac 10 24) Desenfriol-D 25) Desenfriolito 26) Dimetap 27) Graneodin-D
28) XL3
A todas las personas que estén utilizando cualquier medicamento de esta lista, es importante suspendan la medicación y consulten a su médico para mayores detalles.

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